Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Outlaws of love por Dxxte

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Me encontré esto por ahí, lo escribí hace años usando otra pareja y no sé, lo arreglé porque me gustó un poco cómo está hecho. ¿Por qué decidí subirlo? No sé, ¿por qué no?

Está inspirado en una canción que me gusta mucho, se llama Outlaws of love de Adam Lambert.

 

Por último, los personajes de Supernatural no me pertenecen, sino que a Erik Kripke, blah blah.

— Me estoy muriendo, Cas.

Aquello fue la gota que colmó el vaso, sus emociones a punto de estallar, dispersándose en pequeños pedazos como una copa de cristal que ha caído al suelo quedando hecha trizas. Así fue como Castiel Novak sintió que su corazón se volvía, pequeños pedazos que quedaron esparcidos por doquier. ¿Cómo es posible que un ser tan hermoso como aquel estuviese sufriendo de esa forma?

Su mirada se posó sobre el chico frente a él. Su amigo desde que tenía memoria, su compañero, el amor de su vida. Lo observó por largos momentos buscando grabar en su mente cada uno de los delicados rasgos de su amado, desde aquellos labios rosados y llenos que jamás se cansaba de besar, aquellos ojos del verde más intenso que alguna vez hubiera visto, su nariz, mentón, cejas... Todo, todo de él. No podía ser posible que esto estuviera pasando, no podían quitarle lo único que tenía en la vida, no podían arrebatarle su sonrisa, la calidez de sus brazos alrededor de su cuerpo. No podían, Dean no podía apartarse de su lado. Nunca.

Él juró que no lo haría.

— Tengo miedo... — Susurró el rubio, una solitaria lágrima deslizándose por la pálida piel de su mejilla. Ni siquiera hizo el esfuerzo de quitársela, estaba tan cansado que ya realmente nada importaba, ya no le importaba en lo absoluto desmoronarse frente a su pareja porque en el fondo sabía que él estaría ahí para sostenerlo. Por última vez, quizá. Aquellos tiempos en que solía guardar todo para sí mismo ocultando su dolor y sus inquietudes bajo una máscara de felicidad habían quedando atrás. Y en el fondo se arrepentía de no haber sido lo bastante honesto con el moreno antes, y por sobre todo, se arrepentía de no haberle demostrado o dicho lo suficiente cuánto lo amaba y cuán agradecido estaba con él por estar siempre que le necesitara, por no haber salido corriendo cuando se enteró de la jodida enfermedad que lentamente le estaba arrebatando la vida, que lo mantenía postrado en esa maldita camilla de hospital sin poder hacer mucho para evitarlo más que esperar, esperar por una solución que sabía ya no serviría, porque era tarde. Era jodidamente tarde y ambos lo sabían.

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. No podían estar más equivocados.

— Tengo miedo, Cas...

"Yo también, amor. Estoy muriendo de miedo ahora. No quiero perderte. "

— Tranquilo, estarás bien. — Dijo el moreno, suplicando desesperadamente que aquello fuera cierto, que no fuera a equivocarse en ello, no en ello. Sus labios se alzaron en una mueca extraña, el principio de una sonrisa que no llegó jamás a concretarse y su mano buscó la del rubio, dándole un apretón en un intento por darle algo de confianza. Estaba bien si Dean se desmoronaba, estaba bien si ya no quería pretender ser fuerte porque él iba a serlo por los dos. Tenía que serlo.

~°~

— Cas, no... No podemos hacer esto, el doctor dijo que debía permanecer aquí. — Los brazos de Dean se afianzaron con más fuerza alrededor del cuello de Castiel cuando él comenzó a caminar, cargando al rubio en su espalda. Castiel se detuvo abruptamente, los labios firmemente sellados, formando una delgada línea. Su cuerpo estaba tenso.

Por un momento Dean deseó poder estar con él en casa, deshaciéndose de la tensión en su cuerpo con sus manos, como solía hacerlo luego de un largo día de trabajo, tras el cual Castiel llegaba completamente rígido y Dean le obligaba prácticamente a irse a la cama, quitarse toda la ropa de la cintura hacia arriba para lograr que se relajara masajeando sus hombros y su espalda, dándole pequeños besitos que hacían reír al moreno cada vez.

—Al diablo con todo, Dean. —Respondió Castiel luego de unos segundos, su tono sonó completamente desesperado. —Al diablo con los doctores, al diablo con el hospital, al diablo con tu enfermedad.

—Llévame a mi cuarto, Cas... — Replicó Dean con voz cansada.

—No... Saldremos hoy, no puedes pasarte todo el día encerrado aquí. Anda... Por favor, Dean. — Castiel le dedicó una mirada suplicante, sus hermosos ojos azules, siempre brillantes, ahora oscurecidos por el dolor.

"Lo siento, amor... Sólo quería poder pasar más tiempo junto a ti."

~°~

— Cas, no, ¡no! —Exclamó el menor de los dos mientras inútilmente intentaba escapar de los brazos de su novio, quien se encontraba atacándole despiadadamente con cosquillas. Había intentado de todo, desde empujarlo hasta pegarle un par de manotazos, pero la verdad es que Castiel siempre se las arreglaba para ganarle, tal vez porque era (Dean nunca iba a admitirlo abiertamente) más fuerte que él.

— Basta.... ¡Basta! ¡Castiel Novak!... — Pero todas sus quejas fueron acalladas en el momento en que el moreno unió los labios de ambos acabando al instante con las carcajadas del rubio, quien correspondió gustoso a aquel gesto, rodeando con sus brazos el cuello contrario. Una amplia sonrisa en los labios de ambos.

~°~

— Te quiero, Cas. — Un sonriente Dean abrazó al mayor de ambos tras dicho aquello, el eludido tan sólo respondió depositando un corto beso sobre sus labios.

— También te quiero, Dean.

~°~

— Cas, ¿qué haremos hoy? — Canturreó el pecoso, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del moreno, quien se encontraba concentrado haciendo quién-sabe-qué en su portátil. Dean se apegó un poco más a él, todo lo que la silla en que se encontraba Castiel sentado le permitiera. Apoyó su barbilla en su hombro, intentando espiar por sobre él lo que sea que estuviera haciendo. — Hace mucho tiempo que no salimos juntos... ¿Qué tal ir al cine? — Propuso, una sonrisa entusiasta formándose en su bonita boca.

— Estoy ocupado ahora, Dean. — Fue la escueta respuesta de Castiel, los labios de Dean se fruncieron en una mueca de disgusto, mas decidió permanecer en completo silencio sin replicar ante tal respuesta por parte del moreno.

Castiel ni siquiera se volteó cuando oyó los pasos de Dean hacia la habitación y el portazo que dio luego de entrar en ella.

"Lo siento, mi vida... "

~°~

—¿Dean? —Un cansado Castiel acababa de ingresar al apartamento que compartía con su novio, se dejó caer con pesadez sobre el sofá. Al no obtener respuesta lo intentó de nuevo— Dean. —Le llamó más alto, esperando a que el menor llegase hacia él como todas las tardes al regresar a casa y entonces podría perderse por completo en aquella piel que tanto amaba recorrer utilizando sus manos y boca. Aguardó pacientemente en el sofá, soltando un pequeño gruñido poco después. — ¡Dean! — Dijo lo suficientemente alto como para que pudiera oírse por todo el lugar.

Su ceño se frunció al no obtener respuesta. Se puso de pie para encaminarse hacia la habitación con la idea de que el menor se encontraba dormido.

— ¿Dean? Oh, dios...

"Bebé, si lo hubiese notado antes todo sería diferente.... ¿No? "

— ¡Dean!— El moreno corrió en dirección a su pareja, sosteniéndole entre sus brazos. — Dean, amor, despierta. —Susurró con voz temblorosa. Su chico no despertaba, su respiración era casi imperceptible, estaba pálido y una delgada línea color carmesí recorría desde su sien hasta unos cuantos milímetros sobre su pómulo, un moratón resaltando en el costado de su frente, seguramente se habría golpeado al caer. Sí, eso debía ser. Se había desmayado por el cansancio, no es como si fuera la primera vez, había pasado ya antes, Dean solía quejarse mucho últimamente acerca de lo cansado que estaba, además de un dolor persistente en alguna parte del cuerpo que lo molestaba a diario, cosa que ambos habían atribuído a su trabajo, porque, vamos, ¿quien sale como si nada del trabajo después de pasársela inclinado un buen rato hacia delante dentro de un coche para arreglarlo, cargando cosas de un lado hacia otro y cosas por el estilo?

Lo llevó hasta la cama y lo tendió cuidadosamente en ella, quitándole los zapatos y la chaqueta, se aseguró de que estuviera respirando normalmente y acarició con delicadeza el oscuro moretón en el costado de su rostro, obligándose a sí mismo a respirar también, porque todo estaba bien, Dean solo necesitaba descansar, dormir un poco, estaría como nuevo al despertar. Así que Castiel esperó.

Pero Dean no abrió los ojos.

~°~

—Doctor... — Castiel se puso de pie de un salto al ver al hombre que había estado atendiendo a Dean hasta hace un rato, cuando lo había ingresado a la sala de urgencias debido a que no pudo hacerle despertar. — ¿Qué sucedió? ¿Él está bien? Por favor, dígame que...

— Es complicado, señor Novak... — Le interrumpió el hombre, los hombros de Castiel se hundieron y su expresión se oscureció, sin embargo se obligó a sonreír, porque todo estaría bien, su chico era fuerte.

— No es nada grave, ¿verdad? Por favor, doctor...— Un nudo se formó en su garganta al sentir al hombre de bata blanca posar su mano sobre su hombro dando un ligero apretón.

~°~

—Me estoy muriendo, Cas... Tengo miedo... Aún hay tantas cosas que quiero hacer, yo-... —Fue silenciado al instante a sentir los cálidos labios del moreno cubrir los suyos, el rubio tan sólo cerró sus ojos dejándose llevar por la sensación.

—Tranquilo, nada sucederá... Bebé, vas a curarte... —Dijo el mayor en un susurro, luchando por contener las traicioneras lágrimas que amenazaban con escapar.

"Quédate conmigo... "

~°~

— Dean... ¿Quieres ser mi novio?—Soltó el moreno atropelladamente, dejando al más joven completamente atónito y sin palabras, con su mano a medio camino entre su boca y la mesa, sosteniendo un botellín de cerveza. En cualquier otra situación la imagen le habría parecido graciosa.

— Cas...

—Eh, yo... Creo que estoy yendo muy rápido .... Lo siento. — Se disculpó Castiel en voz baja, las mejillas rojas por la vergüenza. Bajó la cabeza para ocultar su mueca de decepción al no recibir respuesta, sin embargo se vio obligado a mirarle de nuevo cuando un sonriente Dean se puso de pie para abrazarlo fuertemente por el cuello.

— Claro que sí, idiota.

~°~

— ¿Te quedarás conmigo para siempre?

— Claro que sí.

— ¿Aún si me vuelvo viejo y me veo como una pasa? — El menor de ambos, quien se encontraba con medio cuerpo sobre el del mayor, abultó su labio inferior en un puchero que sabía el contrario jamás podría resistirse. Castiel sonrió y no dudó un segundo en acercarse para tomar su labio inferior entre sus dientes, jalando de él con suavidad.

— Lo haré.

— ¿Lo prometes?

— Lo juro.

— Entonces... Yo también lo juro, jamás me separaré de ti, Cas.

~°~

— Dean... Cásate conmigo. —Dijo Castiel, dejando al menor totalmente desconcertado sobre aquella camilla de hospital donde se encontraba tendido.

— Pero, Cas, yo... Conoces mi condición, no creo que...

— Anda, Dean, no seas tan pesimista. —Le animó él con una sonrisa forzada sobre sus labios, ver al menor de aquella forma, sin la más mínima esperanza de recuperarse le dolía en el fondo de su alma. — Saldrás de aquí completamente sano y entonces vamos a casarnos. Tendremos muchos niños como siempre quisimos.

— Cas, yo...

— Por favor, Dean...

— Está bien... — Aceptó finalmente, exhalando un profundo suspiro. — Sí quiero casarme contigo.

"¿Cuándo salgas del hospital? Estúpido iluso. "

~°~

— Feliz cumpleaños, bebé. — Dijo Castiel con voz suave, curvando sus labios en una triste sonrisa. Y es que cada vez se le hacía más difícil sonreír al ver al menor tendido sobre aquella camilla, completamente agotado y sin fuerzas, pálido; los medicamentos le adormecían tanto que en pocas ocasiones podía observar aquellos ojos verdes que tanto llamaban su atención. El brillo en ellos había desaparecido por completo.

— Gracias, Cas. —Sonrió Dean buscando a tientas la mano contraria para entrelazar sus dedos. —25 años, ¿puedes creerlo? Ya estoy viejo... —Una pequeña risita salió de sus labios, la cual luego fue interrumpida por un ataque de tos que le obligó a reincorporarse sobre la cama en busca de aire.

~°~

— Cas, no deberíamos haber salido...

— Bebé, jamás te dejan salir de allí, sólo quiero pasar un momento contigo fuera de las cuatro paredes de esa asquerosa habitación.

— ¿Qué harás si me pongo mal?

— Cuidaré de ti como siempre lo he hecho.

"Y vaya que cuidé bien de ti... "

— De acuerdo. —Susurró Dean acomodando su barbilla sobre el hombro del moreno al tenerle el mismo sobre su espalda, cargándole para salir del hospital.

~°~

— C-Cas... —La voz de Dean podía oírse por todos los rincones de la habitación en la que se encontraban mientras Castiel se encargaba de recorrer con desesperante lentitud su cuello y pecho, utilizando sus labios y lengua; dejando notorias marcas a lo largo de su torso. Las manos del rubio se habían enredado en los oscuros cabellos de su pareja, su espalda arqueándose ligeramente cuando sus dientes aprisionaban su piel dándole suaves mordiscos que le robaban uno que otro suspiro. Su cadera se alzaba buscando encontrarse con la ajena, frotándose necesitadamente contra ella, ¿cuándo fue la última vez que habían hecho algo más que besarse y, a veces, acariciarse sobre la ropa?

—Te he extrañado tanto. — Castiel alzó su rostro para encontrarse con un sonrojado y excitado Dean, quien lo miraba lascivamente desde su lugar. Con una sonrisa de medio lado se acercó aún más al mismo, posicionando su cuerpo sobre el contrario, Dean le recibió gustoso, haciéndole un espacio entre sus piernas y cuando se hubo puesto entre ellas las acomodó alrededor de su cuerpo al igual que lo hizo con sus brazos alrededor de su cuello.

Las manos de ambos recorrían sus cuerpos con desesperación y necesidad por sentirse. Sus labios se fundieron en un beso cargado de pasión y deseo.

No supo en qué momento Castiel se encontraba dentro de él, y no fue capaz de seguir pensando cuando éste comenzó a moverse, primero lentamente y luego con más rapidez, acomodándose sobre su cuerpo para alcanzar ese punto que sabía lo volvía loco. Mucho menos fue capaz de pensar cuando con una certera embestida, a la par de la mano del moreno masturbando su pene rápidamente, le hizo correrse con fuerza entre los torsos de ambos, arrancándole un grito de placer desde lo más profundo de su garganta, un ronco y sonoro grito de placer clamando su nombre.

Se la pasaron las siguientes horas recorriendo los cuerpos de ambos, intentando memorizar cada detalle, mimándose, demostrándose lo mucho que se amaban, lo mucho que necesitaban el uno del otro.

El final estaba cerca y ambos lo sentían.

~°~

— Cas... —La voz de Dean era penas audible, con su mano buscó la contraria. Pequeñas lágrimas se deslizaba por sus ojos mientras buscaba con la propia, la mirada ajena. —Prométeme que jamás vas a olvidarme... Por favor. —El tono de súplica en su voz no hizo nada más que terminar por partir en mil pedazos el ya destrozado corazón del mayor.

—No lo haré, amor... No te olvidaré, nunca. —Dijo él, negando con su cabeza y entrelazando con firmeza los dedos de ambos.

—Te amo, Cas.

—Y yo a ti, Dean. —Su voz quebrándose a media frase, intentó forzar una sonrisa más le fue imposible.

— Cas... ¿podrías besarme una vez más?

—Claro que si, bebé. —El moreno accedió, acariciando con manos temblorosas el rostro de su novio antes de inclinarse para depositar un suave beso sobre los labios del mismo, el cual fue correspondido enseguida.

—Te amo, Dean. Mucho.... No tienes idea de cuánto. —Sin previo aviso las lágrimas comenzaron a desbordarse de sus ojos empapando el rostro ajeno. Pero su chico ya no le veía, sus ojos se mantenían cerrados, sus labios también. Su respiración era imperceptible ahora.

Su corazón dejó de latir, así como también Castiel quizo que dejase de hacerlo el suyo.

Las lágrimas caían sin parar y el tiempo se detuvo para él, la vida se le fue junto a su amado. Su sonrisa le fue arrebatada, su felicidad profanada, su ángel había regresado a su hogar. Su ángel se encontraba ahora en un mejor lugar, un lugar en donde las personas dicen jamás sufres, no sientes dolor, sólo felicidad. Un lugar donde las personas son buenas y puras, donde no existen las mentiras, donde no existe la maldad.

~°~

" No hay ningún sitio al que ir ahora que no estás aquí... El hogar ya no se siente como hogar... Tu perfume aún está impregnado en cada objeto.. Tu sonrisa... cuando cierro mis ojos aún puedo verla claramente, Dean.

Las noches se han vuelto cada vez más frias desde que no estás aquí, el vacío en el pecho no hace más que aumentar.

Tus lágrimas y las mías caían del mismo modo y las ocultaste hasta el final, no querías que te viera así, tan destrozado como yo lo estaba, lo sé, bebé. No tenias por qué hacerlo, yo habría llorado contigo. Te habría abrazado y consolado.

Maldigo al destino tan cruel que fue capaz de separarnos.

¿Puedes oír la lluvia? No se ha detenido desde que te fuiste... ¿O es que soy yo quien no ha parado de derramar lágrimas? ¿Será que el cielo comparte mi dolor y también llora porque le han arrebatado algo que quizo mucho alguna vez?

Dean, te extraño.

Donde quiera que vamos buscamos el sol; una luz que nos guíe a través de este oscuro mundo. ¿Yo?... Siempre estuve buscándote a ti... Tú, mi luz que ha desaparecido ¿Dónde se ha ido el rayo de luz que iluminaba mi camino? Te lo has llevado tú, ¿no es cierto? Te lo has llevado y me has dejado aquí sumido en una completa oscuridad.

Lo siento.

Siempre huía de todo ... Hasta el final no pude aceptar la idea de perderte, aún no puedo creer que no estás aquí conmigo. Soy tan cobarde, no puedo seguir sin ti.

Ellos, celosos de nuestro amor, dijeron que nos pudriríamos en el infierno. Ciertamente es lo que hago ahora, sin ti mi vida es un infierno. Bebé, vuelve, me haces falta, ¿cómo voy a sonreír ahora que no estás aquí?

"Las cicatrices nos vuelven quienes somos", a mí me hicieron un completo canalla, un mentiroso. Amor, siento jamás haberte demostrado lo mucho que te amaba, siento no haberte recordado a diario que eras mi vida, que eras lo que yo más quería.

Lo siento tanto.

Dean, gracias. Me enseñaste que una mirada vale más que mil palabras, me enseñaste que no basta con decirlo, que se debe demostrar. Me enseñaste lo bien que se siente ser amado.

Y lo siento, fui un cobarde contigo... Me comporté como un idiota, como un niño inmaduro... No fui más que un estúpido. Un estúpido que por su egoísmo lo perdió todo.

Si te hubiese prestado más atención, si lo hubiese notado antes, si te hubiese demostrado antes cuánto te amaba... Pero no lo hice. Tenía miedo, no quería que te alejaras de mí, no sabía cómo enfrentarlo, yo no quería estar solo de nuevo. Es por ello que escapé.

No quiero a nadie más que no seas tú, jamás, nadie podrá tomar tu lugar en mi corazón.

Cariño, te extraño tanto, tanto... Me haces falta por las noches al irme a dormir y por las mañanas al despertar... Ya no sé qué hacer sin ti más que huir de este maldito sentimiento llamado amor, porque ya no quiero sentir, ya no quiero reír ni llorar con alguien que no seas tú. Y me convertiré en lo que antes fui... un fugitivo del amor, si se le puede llamar así."

Notas finales:

So, that's all.

Tengan una buena noche, mañana, día, idk, depende de cuándo estén leyendo esto.

 

Peace out.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).