--- Fer ---
Camino sin cuidado de hacia dónde voy. Aquel día no tenía prisa de llegar temprano a mi casa, mamá llegaba tarde y mi prima también así que no tenía mucho sentido estar en una casa sola. Además quería sacar de mi cabeza algunas cosas que habían pasado; como la situación del baño, la plática con Lucy y por supuesto aquella escena idiota del medio día. La verdad era que esos dos me daban lo mismo solo odiaba los dramas en general y, sobretodo, odiaba como ella se ponía de odiosa cuando estaba con Sandra. "Mirarme así sólo porque estaba ahí, cómo si yo hubiera hecho llorar a la fresita con patas." Pensé molesta, de verdad quería olvidar su actitud inmadura. Por otro lado tenía todo preparado para la fiesta de mañana, mis amigos y yo ya teníamos las bebidas y botanas en la casa de poncho, el equipo musical lo llevaría e instalaría al día siguiente Andrés antes de que todos llegarán.
Mi última hora había terminado tarde, ya casi todos se habían ido y en la escuela sólo estaban los chicos de la tarde. Tal vez podría hacer algo o que comer antes de ir a casa. "No estaría mal ir a la cafetería de siempre" caminaba hacia la salida.
Tenía la mente tan perdida en mis pensamientos que no me percaté de que a lo lejos aún había alguien que conocía. Era imposible no reconocer esa voz, era la voz de Brenda. Debía admitir que sonaba hermosa, aunque eso no le quitaba lo presumida. Dudé entre irme o ir a ver más de cerca, sin embargo mi curiosidad pudo más y termine yendo hacia donde estaba el salón de coro. Últimamente no iba mucho por cuestión de tiempo, lo extrañaba mucho. Camine por el pasillo hasta el fondo y, con cautela, me asomé por el ventanal. Dentro estaba Brenda con otras chicas y muy pocos chicos. A lo más eran 10 personas, y por lo avanzado de la canción suponía que estaban por irse. Sin embargo, como sabía bien, ensayarían la canción al menos unas dos veces completa antes. Como siempre Brenda era la voz principal, mientras que los demás hacían coros o la melodía. Debía admitir que el profesor lo hacía de tal manera que cada voz importara, sonaba hermoso. Además de que me encantaba su repertorio. – Muy bien chicos, el último ensayo para ya irnos. Alejandro cuida entrar con todos, Alexa no cambies de voz a media tonada y Brenda no fuerces tu voz deja que salga natural. – oí al profesor decir acomodándose mejor detrás del piano y a punto de dar la señal.
Debía irme si quería evitar toparme con ellos, pero aquella canción era tan adictiva que se me hacía imposible irme. Me acomode mejor detrás de una columna esperando deseosa por la música. El piano fue lo primero en sonar y luego de un compás lo escucho "Farolito que alumbras apenas mis calles desiertas ¿Cuántas noches me has visto llorando llamar a su puerta?..." la voz de Brenda se oía clara y aterciopelada. En el momento que entraron todos los demás esta tuvo una fuerza y un sentimiento que no sabría describir. Al principio oí en silencio, sólo disfrutando. Pero esa canción era tan irresistible que se me hizo inevitable cantar "Farolito que alumbras apenas mis calles desiertas ¿Cuántas noches me has visto llamar a su puerta?..." canté bajo para mis propios oídos hasta que, sin darme cuenta, alce un poco más la voz. "Sin llevarle más que una canción un pedazo de mi corazón...Sin llevarle más nada que un beso friolento, travieso, amargo y dulzón". Fue entonces que oí que el piano había parado, no se oía ningún ruido más que el paso del viento. Volteé mi mirada hacia el salón pero en vez de encontrarme con el grupo, me topé con el pecho del profesor – Fernanda, qué extraño verte por aquí. Sabes que siempre eres bienvenida a entrar – sonrió, poniendo una mano en mi espalada e invitándome a entrar. Yo sonreí apenada, dentro los chicos me veían divertidos, bueno casi todos. – Yo sólo no quería interrumpir profe – respondí con una sonrisa nerviosa. Sin embargo él seguía sonriendo; era un gran profesor, aunque podía llegar a ser todo un enigma. – Pues sin quererlo ya lo hiciste así que ¿por qué no cantas con nosotros una última canción, qué te parece? – me preguntó, aunque más que una pregunta parecía una afirmación – Yo... - comencé nerviosa, otra razón por la cuál a veces dejaba de ir al club de coro era porque cada vez que iba el profesor quería que cantara un solo. Pero, por alguna razón, me costaba mucho. Él decía que desperdiciaba mi voz por algo tan simplón como el pánico escénico. – Yo... creo que mis compañeros ya se quieren retirar profe – intenté zafarme de esa. Sin embargo, como si todos se hubieran puesto de acuerdo, todos empezaron a decir 'Por mí no hay problema profe' 'Una más no hace daño' 'Que cante Fer un solo' – Bueno entonces eso es un sí – me miró y yo suspiré, igual no eran tantos, entonces tal vez podría cantar con más soltura. – Okay chicos – comenzó de nuevo el profesor – Vamos a cantar otra canción, esta vez va a ser "Cien años" así que atentos. Las voces principales van a ser Brenda y Fer. ¿Listas? – Ambas asentimos. – Muy bien yo les doy la entrada – se sentó de nuevo sobre el banco largo, para unos segundos después comenzar a tocar. Esta vez fueron dos compases antes de empezar y, como supuse, quien empezó fue la creída. "Pasaste a mi lado con gran indiferencia tus ojos ni siquiera voltearon hacia mí..." únicamente cantó la primera estrofa antes de que los demás comenzaran. Debía admitir que habían mejorado mucho desde la última vez que los había escuchado. Entonces en la tercera estrofa el profesor me señaló y me indico que era mi turno. Con nervio tomé una gran bocanada de aire y comencé "Me duele hasta la vida saber que me olvidaste..." mis manos sudaban, mi voz se oía como si temblara, lo estaba arruinando, lo sabía. Cerré los ojos, sin dejar de cantar. Volteé y al abrirlos la vi. Brenda con su cara de burla y su sonrisa de medio lado, mirándome fijamente. Como la odiaba, la odiaba tanto que todo dejo de importar. Mis compañeros, el profesor, el miedo. Solo estábamos ella, la música y yo. Fue entonces como si mi cuerpo actuara solo, en un instante comencé a cantar sólo para que ella supiera que yo era mejor. "...Pensar que ni desprecios merezca yo de ti" esta vez mi voz fue casi perfecta y la sonrisa de Brenda se borró al par que la mía que hizo más grande. De nuevo fue el turno del coro pero ambas no dejamos de vernos. Entonces el profesor me dio entrada de nuevo a mí pero ella al parecer estaba más concentrada en ganarme y cantó junto a mí "Y sin embargo sigues, unida a mi existencia y si vivo cien años, cien años pienso en tiii..." aquella fue la nota más larga que había podido sostener hasta ese momento. El silencio se hizo, el profesor se paró y cuando pensé que nos iba regañar dijo – Wow Brenda debes hacer eso más seguido. Nunca pensé que ponerlas a cantar juntas sería buena idea... - se quedó pensando. Estaba segura que ambas teníamos la misma expresión de no entender bien a lo que se refería, mientras que el resto decía que había sido genial. Espere a que el profesor terminara su idea sin embargo no dijo nada más sobre el asunto. – Bueno chicos pueden irse y Fernanda deberías venir más seguido. Tienes una buena voz pero puedes pulirla mucho más además... creo que muchas personas aquí podríamos ayudarte – me dijo, yo sabía muy bien a quien se refería con ese muchas – Lo tendré en cuenta profesor – fue lo único que dije tomando mis cosas.
Pensé que tendría apresurarme para evitar a Brenda, no obstante ella no salió con todos los demás, sino que se quedó con el profesor para preguntarle acerca de algunas canciones que estaba practicando o... algo así alcancé a escuchar, no me importaba realmente. A pesar de que todavía tenía en mente la tonta sonrisa de la creída de Brenda algo bueno había salido de todo aquello. Ahora tenía a dónde y con quien irme. Al parecer los chicos de coro irían a por un helado cerca de la escuela, no me fui difícil unirme a ellos. Encima de que había algunas chicas nuevas que no estaban para nada mal.