--- Bren ---
Al salir del salón veo a lo lejos como Fer camina con el resto del club de coro. Esta platicando con una de las chicas de cuarto, la muy mujeriega pasa su brazo sobre su hombro. "La odio" pienso inevitablemente esperando a que se alejen. A pesar de saber que Fer y yo no teníamos una buena relación algunos de los chicos también me habían invitado, sin embargo los había rechazado. No tenía ganas de aguantarla. Por eso mismo había esperado en el salón un poco más, con la excusa de que quería preguntarle al profesor de algunas canciones que estaba practicando.
Cuando ya no los vi más continué mi camino, hasta que sentí como algo me jalaba la mochila. Por inercia volteo hacia atrás y veo lo que me detiene. La rama del árbol bajo el que estoy se me atoró. Intento simplemente avanzar con más fuerza para jalar mi mochila pero no funciona, al parecer está más atrancada de lo que creí. Me detengo y vuelvo a observar la rama,intentando pensar en una forma de salir de aquella situación. Lo primero que se me viene a la cabeza es quitármela y jalarla, pero no pude. Al parecer mi mochila no era la única atorada sino que mi blusa también estaba enganchada con esa estúpida rama. Comienzo a preocuparme e intento buscar a alguien que me ayude. Para mi mala suerte a esa hora ya no hay nadie fuera, los chicos de la tarde estaban ya en clases y los de mi turno se han ido ya. Volteo por todos los lados en busca de una última esperanza, pero sigo sin encontrar a nadie.Suelto un suspiro intentando pensar cómo salir de aquella extraña situación. Me concentro tanto en mis pensamientos que sin notarlo siento como alguien jala de mi mochila y, después de maniobrar un poco, me libera. En cuanto puedo giro mi rostro para ver quién es. Sonrío al reconocerla. Ahí, delante de mí, esta Sandra sonriéndome con un vestido blanco que le llega arriba de sus rodillas.Su cabello esta mojado, seguramente había tenido natación. "Se ve tan sexy" no puedo evitar pensar – ¿Mejor? – me pregunta sin quitar su sonrisa, esa sonrisa me enamora. – Sí, gracias Sandra – respondo sin poder apartar mi mirada. A ella parece no importarle y continua hablando – Sobre lo de la mañana... muchas gracias, creo que te debo una explicación – sus palabras me hacen volver a la tierra. Esta vez la veo enserio; la tristeza está pintada en sus ojos, es imposible no verla – No tienes por qué agradecer, no me gusta verte mal – me acerco más a ella e intento acariciar su mejilla pero mi mano no se mueve más, así que opto por seguir hablando. – Sólo dime ¿Qué pasó? ¿Por qué estabas tan mal? –cuestiono lo que me lleva carcomiendo toda la mañana. Ella baja su mirada, se sienta en una banca cercana y con un gesto me invita a sentarme a su lado. –Yo... peleé con Sebastián en la mañana por una estupidez y ahhh... – suspira – cada día peleamos más y por tonterías. Sé que no soy la mejor novia y mucho menos la menos la mejor persona pero... estoy cansada. No creo que estar en una relación signifique pelear todo el tiempo. Lo quiero, no sé bien por qué pero lo quiero y cada pelea me destroza un poco más es sólo que no sé... ¿Crees que deba dejarlo? – me mira suplicante, como si quisiera que alguien le diera la respuesta correcta, esa en la que no sufra. Sus ojos están llorosos y las lágrimas borraron su sonrisa por completo. Es mi momento de consolarla, aunque no sepa que decir trato de ser lo más honesta posible – Sí, creo que debes dejarlo. Pienso que la relación entre ustedes dos está demasiado desgastada y no importan lo que hagas ahora, no importa cuánto intentes arreglarlo a veces no puedes reparar aquello que no tiene reparación. – Ella me mira, sus lágrimas fluyen por sus mejillas – Lo sé, lo sé muy bien es sólo que... No sé ¿Nunca has estado en una relación que te hiere una y otra vez y aun así seguir amando a la otra persona como la primera vez que lo viste? – sus palabras me calan hasta los huesos llegando a una parte de mí que creí olvidada. Una pregunta resuena en mi cabeza como si la escuchara por primera vez "Brenda, ¿Qué es el amor?". Pero no hablamos de mí, ignoro todo lo que siento y sin poder mirarla a la cara le respondo – No, nunca he estado en una relación así. Pero sé que no son buenas y no mereces sufrir por el recuerdo de alguien. Hay una persona mejor para ti y lo estás perdiendo por una relación que ya no puedes salvar – termino y regreso mi mirada en busca de la suya"Mírame" suplico en mi mente pero Sandra está lejos, como flotando en el aire.Como intentando encontrar las respuestas a todos sus sentimientos en las alas del pájaro que vuela sobre nosotras. Sé que ya no me escucha. – Lo tomaré en cuenta – dice simplemente pero sé que miente. Nos quedamos quietas, congelando el momento, entonces regresa en sí. Limpia sus lágrimas y me sonríe, ahora sé que esa sonrisa es falsa. Se levanta de la banca, se sacude el vestido y me dice algo que no escucho, estoy centrada viendo sus ojos rojos –... Entonces te veo mañana ¿no? – es lo único que alcanzo a oír – Sí claro – respondo rápido antes de que note mi ausencia mental. Veo que está por comenzar a caminar hacia la salida cuando recuerdo algo importante – Oh Sandra – la llamo, ella posa su atención de nuevo en mí. – Ammm... - me cohíbo pero no me detengo – ¿Irás mañana a la fiesta del equipo de tocho? – Pregunto y por un momento sus ojos se oscurecen más pero es sólo un instante – ¿Irás tú? – Evade responder pero no me importa – Sí – le regalo mi mejor sonrisa. – Pues si vas tu yo voy – concluye,se acerca me da un beso en la mejilla y después de un "bye" se aleja dejándome con una cara totalmente tonta, sentada sobre la banca. Ya quiero que sea viernes.