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Amantes Modernos por noemibeargirl

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Notas del capitulo:

¡Aquí el capitulo de hoy! Este capitulo y los siguientes estan levemente basados en mi experiencia. Así sin más...Espero que les guste

---Brenda---


Corría por las calles, siguiendo el camino que indicaba Maps, en búsqueda del lugar donde se suponía era la fiesta. Iba más tarde de lo que pensaba, pues mi última clase había durado más de lo esperado. Hasta que por fin oí música a lo lejos y de inmediato supe dónde era. La casa designada era no muy grande, aunque tampoco esperaba mucho. Toqué la puerta y me abrió un chico grande de cabello castaño rizado. – ¿Tienes preventa? – me preguntó. Recordé entonces aquel boleto, si a eso se le podía llamar boleto, que Rebe me había dado antes de entrar a mi clase. – Sí claro, ten – se la entregue. Él la guardó en su bolsillo y se hizo a un lado para dejarme pasar.


El olor a alcohol no era demasiado fuerte en el lugar, sin embargo la peste de cigarro era otro asunto. En la entrada de la casa se encontraban el montón de mochilas tiradas, así como uno que otro chico vomitando en una cubeta o tirado sobre las mochilas. Para suerte de ellos, ya había algunos chicos cuidándolos. Así que simplemente pasé de largo y entre de lleno. Dentro el suelo estaba pegajoso, cubierto de no sé qué. En la mesa del comedor había un par de chicos jugando beer pong emocionados. Sin embargo afuera, en el patio, estaba el mero ambiente. Casi todos estaban ahí, incluyendo los chicos de tochito. Al parecer muchos habían asistido a aquella fiesta. A la mayoría de ellos no los conocía, a otros sólo había visto de lejos y en una esquina estaban mis amigos hablando calmadamente. Molestaban a una sonrojada Rebeca que mirada hacia el lado opuesto del lugar. Volteé por pura curiosidad, aunque estaba segura lo que encontraría. Ahí estaba Fernanda, jugando beer pong con sus amigos en una mesa blanca plegable. Sus mejillas estaban tan rojas que podía asegurar que ya estaba medio ebria, otra razón para odiarla. Era una maldita alcohólica. "Ella no importa. Importa Sandra" me intenté convencer y busqué en aquel lugar su presencia.


La hallé rápidamente, no estaba lejos de Fer y sus amigos. Verla me partió el corazón, estaba con Sebastián aunque parecía que no estaban divirtiéndose demasiado; eso fue un alivio. Soltando un bufido suave me acerque a mis amigos y los saludé. – Bren, podrías ayudar a Rebe para que le hable a Fer y deje de babear sobre mí – se burló Dani, haciendo sonrojar a Rebe pero más importante haciendo que todos la viéramos. Al parecer ella también estaba algo mareada, pues no había medido sus palabras. Las miradas de todos pasaron de ella a mí como buscando una aprobación. Yo sólo me encogí de hombros y ellos suspiraron aliviados. – ¡Cállate Daniela! – Exclamó Rebeca roja como un tomate, intentando parar a Dani – Yo sólo digo la verdad, sólo háblale y deja de manchar mi blusa blanca con tus babas – se río, haciendo como que se limpiaba el hombro. Dani sí que estaba incontrolable. Rebe estaba por replicar cuando tomé su mano para llevármela de ahí. Estaba harta de esa situación. – Ok ¿Enserio te gusta Fer? – pregunte sonando algo mandona, pero comenzaba a molestarme. Al oírme Rebeca se puso seria y, tomando aire, me respondió – Sí, me gusta mucho – dijo. Yo deje de escuchar su voz, cerré los ojos un momento. Renuncie a la realidad por un segundo, lo necesitaba, y cuando los volví a abrir le sonreí coqueta – Entonces déjame ayudarte – aseguré. Sin darle oportunidad de hablar volví a tomar su mano.


Rebe al darse cuenta de hacia dónde íbamos intentó soltarse pero no la dejé. – Hola chicos – saludé refiriéndome a todos los chicos de tochito, ellos nos miraron. Fer me observaba cautelosa, tal vez se preguntaba que tramaba – ¿Podemos jugar? – pregunté con seguridad. Su cara se descompuso. – Sí claro – respondió el "galán" de Raúl, no lo conocía pero era famoso por ser un mujeriego. –Sera un dos contra dos entonces ¿Les parece? – sonrió Fer saliendo de su sorpresa y golpeando a Raúl en el hombro para que este dejará de comerme con la mirada. – Ya que ustedes son la quieren jugar les daremos la oportunidad que escojan a sus contrincantes. – comentó Arturo, un buen amigo de Fer. – Vale – acepté – En ese caso escogemos a... Fer y Richy – ambos se miraron confundidos, no obstante aceptaron; ellos dos nunca rechazaban nada. Eran los dos más testarudos del equipo de tochito y, según sabía, los que tenían la peor puntería. – Bueno comencemos – sonrió divertida Fer, se veía que tenía algunas copas encima, lo cual lo volvía más fácil para mí. Aunque por otra parte me preocupaba Rebecca. – Vale – nos vimos fijo Fer y yo, de esa manera en la que no solíamos vernos y por un instante olvide dónde estaba. No recordaba el color de sus ojos. – Bueno, vas Rebeca. Tú primero – cedí la pelota, sin dejar de ver a Fer cuyo rostro se relajó. – Está bien – dijo esta tímida.


Fer, como supuse, dejo que tirará primero. Ella tiró pero falló garrafalmente haciendo reír a los chicos de tochito, menos a Fer. Ella solo se rio bajo como con ternura. Miraba a Rebeca con atención, con esa mirada tan suya. – Toma, te doy mi turno – volvió a cederle, tomando la pelota del suelo. Estirándosela a Rebe, quien se sonrojó al rozar la mano de Fer. – Gracias – susurró casi inaudible. Ella intento concentrarse, lo supe por su cara, sin embargo en cuanto levantó el rostro y vio a Fer se volvió un manojo de nervios. Por ende, de nuevo, falló lanzando la pelota hasta quien sabe dónde. – Vaya, parece que eres bastante mala – soltó con crueldad Fer haciéndome enojar. "¿Qué le pasa?". – ¿Qué les parece si cambiamos entonces? – preguntó como si fuera natural. Su mirada pasaba de Rebeca a mí, pero sólo un segundo. – Yo contigo – apunta a Rebe – y tu amiga con Richy – a completó la muy creída. "Ahora entiendo" pensé, sabía que Fer tramaba algo. Sin embargo, no podría quitarle su deseo a Rebe de acercase a ella. – Aceptamos – sonreí sin darle tiempo a Rebecca de formular una palabra. Entonces Fer volteó a ver a Richy, quien sólo asintió ladino. Fuimos Fer y yo las que nos cambiamos de lado.


El juego volvió a comenzar pero esta vez Rebe se enfrentaría con Richy y yo contra Fernanda. Por su consideración de antes Rebe le dio si turno a Fer. Me miró, nuestros ojos se volvieron a cruzar. Pero, igual que antes, fue casi imperceptible. Ella, tan amable como siempre, me dejo tirar primero. Tomando un suspiro tranquilicé mi respiración y con sumo cuidado lancé la pelota que cayó en un vaso de Bacardí. "¡Sí!" sonreí triunfante mientras los amigos de Fer le hacían burla por su mala suerte. Me mira enojada, toma el vaso y arrugando la nariz se bebe todo sin rechistar. – Gran tiró chica, Fer odia el Bacardí – celebró Nieves y Fer le sacó la lengua. – Mi turno – sonó decida. Limpia con su blusa de cuadros la pelota; la lanza. Esta da un rebote y entra en un vaso de cerveza. Es su turno de sonreír creída, no obstante en vez de eso esboza una media risa y espera a que me tome mi vaso. No me inmuto e igual como lo hizo ella tomo el vaso y lo tomo de un solo trago. Nos miramos fijamente y sé que esto no termina hasta que alguna de las dos este mal.


Retiro mis pupilas; le doy la pelota a Richy. Él me guiña un ojo, ni siquiera lo fumo. Volteo a ver a Rebe, que me mira preocupada y le sonrió. – Muy bien lindura ¿Lista para perder? – fanfarronea, Rebe rueda los ojos esperando el tiro. Él lanza sin pensarlo, la pelota cae lejos de la mesa y es turno de mi amiga de soltar una risa burlona. Levanta la pelota del suelo, fija la vista en un vaso, arruga la nariz y, aun sin que lance, sé que va a anotar. La pelota cae en un vaso de tequila y la sonrisa de Richy desaparece. – Suerte de principiante... creo – lastima su orgullo y no puedo ocultar más mi risa. Herido toma el vaso, lo bebe y el juego continúa.


Al final quienes terminamos perdiendo fuimos nosotros, era imposible competir con la puntería de Rebeca y al parecer Fer había mejorado. Aunque había que reconocer que Richy no sólo se había tomado la mayoría de los vasos sin rechistar sino que había aceptado su derrota dignamente. "Buen juego" le había dicho a Rebe para después irse por algo que le bajará la ebriedad. Pensé en seguirlo, pues aunque él había tomado más podía asegurar que yo me sentía mucho más ebria. Pero algo me distrajo. La risa de Fer, en algún momento ella y Rebe habían comenzado a hablar. Mi amiga estaba roja como tomate y su mirada... fue la que me hizo decidir por mejor irme de ahí. "Será mejor que no la lastimes, idiota" cerré los ojos y me volteé. Maldito mareo, maldito alcohol, maldita Fernanda.


 


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