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ASSASSIN’S LOVE: LOVE IN THE COFFEE SHOP (XIUSOO SPIN-OFF) por Loredechoishawotic

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Notas del fanfic:

Chic@s esté es un Spin-off del mi Fic Assassin´s Love, y trata de un final alternativo al capítulo titulado " La decisión de Kyungsoo". 

Los derechos son para Kang Ji Hye

LEMON!! 

Notas del capitulo:

Derechos para Kang Ji Hye. 

XIUSOO XD 

Espero que les guste. 

 

—Xiumin —le llamó tímido—. Sé que suena descarado, pero creo que tú eres el único que me puede ayudar a saber qué es lo que siento por él —el barista asintió como si ya lo hubiera sabido. Tragó un poco de saliva y continuó—. Bésame, de nuevo. Esta vez, no pares si yo no lo digo —le dijo en tono suplicante.

La vergüenza de Kyungsoo se denotaba hasta en la manera en cómo sus ojos vagaban del piso de la cafetería a sus zapatos y, de ahí, acababan en el cuerpo de Minseok; éste último le dedicó una sonrisa ladina pero comprensiva a la vez y de inmediato fue a cerrar las persianas y a asegurar la entrada del local. ¿Cómo era que Kyungsoo había agarrado la confianza suficiente de pedirle eso? ¿Estaba consciente de las consecuencias que podría traer? Estaba claro que sólo existían dos posibilidades para ellos: la primera era que el pelinegro se diera cuenta a tiempo de sus sentimientos por Jongin y se detuvieran apenas sus labios se encontraran, la segunda era que llegaran hasta el final y dejaran el resto a la imaginación. El cuerpo de Xiumin se plantó frente a D.O y lo observó por unos segundos antes de inclinarse ligeramente a sus carnosos labios; pero solamente cuando Kyungsoo le correspondió el beso, subió sus manos a los costados del blanquecino cuello, profundizando un poco en su boca. El movimiento de sus lenguas era lento y sin apresurarse, bastante dulce y calmado a comparación de lo que conocía el pelinegro con quien ahora era su temporal ex pareja. Sin pedir permiso, Minseok lentamente fue separándose del beso pasando a las mejillas y el cuello del menor, acariciándole la piel a su vez con sus pulgares; las sensaciones que entonces sintió D.O fueron tan abrumadoras que no percibió el momento en que había soltado un gemido tan erótico que incluso hizo que el barista se detuviera en seco.

 

—¿Debería detenerme aquí? —preguntó el mayor en un tono de voz tan bajo y sensual que sólo provocó que Kyungsoo se sintiera como gelatina derritiéndose.

 

—No… hasta que yo lo diga… —susurró con la excitación a flor de piel.

 

Sus manos, que hasta el momento habían permanecido aferradas a la camisa de Xiumin, lo apretaron más de la ropa y lo obligaron a acercarse para reanudar el tan apasionante beso. Al principio, el peli naranja se quedó sin moverse, pero al sentir que Kyungsoo no lo dejaría ir fácil, decidió regresar a su labor; fue entonces que arrinconó al menor contra la barra de café, juntando sus cuerpos y sintiendo cómo una erección se hacía presente en cada uno. Cada vez que resonaban los chasquidos de lenguas en la habitación, el beso se hacía más y más necesitado. Las manos de Xiumin se aventuraron a explorar el cuerpo contrario y se posaron en la cadera del menor en tanto el otro aprisionaba el cuello del barista entre sus brazos sin separar sus labios ni un poco. Pronto una de las manos de Minseok bajó hasta el punto de encuentro de sus entrepiernas y acarició superficialmente un par de veces el notable miembro de Kyungsoo, haciendo que el chico soltara unos gemidos que se ahogarían dentro del beso. Una vez que se detuvieron a recobrar el aliento, el pelinegro saltó ligeramente y se sentó en la barra con cuidado de no tirar ni estorbarle a nada, enredando simultáneamente a su compañero sexual entre sus piernas y acariciando el cabello del mayor con sus dedos. Luego de que Xiumin se acomodara en esa posición, volvieron a juntar sus labios. Las caricias del atento barista hacían que Kyungsoo deseara que el tiempo se hiciera lento y pudiese disfrutar cada milisegundo de ese afecto.

 

—Tu aroma es delicioso, Kyungsoo… —clamó el peli naranja tomando aire y rozando con su nariz la piel del cuello del interpelado, quien echó para atrás su cabeza para sentir más de ese toque sutil y exquisito—. Podría hacerme adicto a ti.

 

—¿Más que al café? —murmuró peligrosamente cerca del oído de Minseok.

 

—Más que cualquier droga del mundo.

 

Enseguida, Xiumin encontró un nuevo punto erótico en D.O al mover sus suaves labios a la mitad de las clavículas del menor y succionar un poco esa parte. Las manos del pelinegro apretaron el cabello del barista y sus piernas hicieron mucha más presión contra su cuerpo, suplicando por más de aquella estimulación tan efectiva y excitante, lo que obtuvo casi de inmediato; Minseok estaba tan embriagado en el ambiente que apegarse a su acompañante hizo que actuara inconscientemente justo como él lo pedía. Kai, por más tentador y experto que fuese en la cama, definitivamente no tenía el mismo efecto en Kyungsoo; quizás era porque tanto el atractivo asesino como el delicado barista tenían sus diferencias, las más notorias eran el trato al pelinegro y el tiempo que se tomaba cada uno en el preámbulo. Quizás una experiencia de más no estaba mal para Kyungsoo después de todo.

 

—Xiumin… —farfulló el chico de ojos grandes en un susurro cuando sintió que las manos del otro ya estaban empezando a desabrocharle los botones a su camisa— creo que necesitaré otro favor, además de que me beses.

 

—Pídeme lo que tú quieras —respondió el mayor en tanto acariciaba los muslos contrarios.

 

Kyungsoo hizo una pausa para respirar, luego cruzó sus tobillos, haciendo que Minseok no tuviera escapatoria.

 

—Hazme el amor.

 

Una risa casi imperceptible escapó de la boca de Xiumin.

 

—Eso no será un favor —las yemas de los dedos del peli naranja tantearon los costados del cuerpo del menor, subiendo de sus caderas al principio de las costillas—. Será un placer.

 

Nuevamente Xiumin se apoderó de los bien abusados labios de Kyungsoo, quien no se negó al contacto. Cuando menos lo esperaba, las manos del mayor se posaron en su trasero, cargándolo y quitándolo de la barra; estaban tan concentrados en el beso, que chocaron ligeramente contra las paredes un par de ocasiones antes de llegar a la habitación del dueño de la cafetería, que por suerte era contigua al local. «Coffee EXO» ya había visto suficiente. Apenas Minseok sintió el borde de su cama, aventó a D.O encima de las sábanas, separándose de su cuerpo; lascivamente, el pelinegro empezó a recorrerse a sí mismo con las manos, haciéndose desear al otro y aumentando la pasión en el cuarto. Un gruñido salió de la garganta de Xiumin antes de que decidiera que debía estar cerca del de D.O; se puso de rodillas y lo acorraló entre el colchón y su cuerpo. El pelinegro dejó de toquetearse para abrazar fuertemente a Xiumin mientras se entregaba a un beso de mayor vehemencia que los anteriores, tanto que incluso comenzó a subir y bajar sus caderas, creando así un poco de fricción entre sus miembros ya despiertos. Una de las piernas del barista se enredó en la de su encendido acompañante, dejando todo su peso sobre la otra. Sus dedos empezaron a desabotonar la camisa de Kyungsoo con paciencia y cada que se revelaba un poco de piel, Minseok besaba esa porción de ese níveo cuerpo; cuando llegó al borde de la ropa interior del menor, sintió cómo su erección pedía a gritos descubrir lo que había debajo de toda esa ropa tan fastidiosa. Ninguno de los dos se movió. Sólo se miraban fijamente mientras se lamían los labios hinchados e intentaban recuperar el aliento perdido en esos minutos tan acelerados.

 

—¿Qué me vas a hacer, Kim Minseok? —preguntó D.O en un susurro sensual, rompiendo así el silencio que se había formado entre ellos.

 

—Voy a hacerte el amor, Do Kyungsoo, justo como lo pediste —de repente, el peli naranja bajó a la descubierta piel del menor y depositó un beso justo en la mitad de su pecho, sintiendo qué tan agitado estaba su corazón—. Te haré olvidarlo todo… absolutamente todo…

 

Un nuevo beso se formó entre los cómplices sexuales, iniciando movimientos a ciegas para dejarse completamente desnudos el uno al otro: Kyungsoo desabrochó con algo de prisa la camisa de Xiumin en tanto las manos del último se concentraban en desabotonar los pantalones al menor, además de los suyos; a la par, un notable vaivén superficial tomó lugar en las caderas de Minseok, empujado ligeramente su erección contra la del pelinegro. Varios gemidos invadieron a ambos hombres, resaltando el hecho que necesitaban ser atendidos de inmediato o estallarían en ese mismo momento sin haber probado el fruto del Paraíso que habían construido esa noche.

 

—Dime… dímelo… —gimotea Kyungsoo cuando siente que la piel de sus piernas va siendo descubierta y acariciada por las manos de Minseok—. Di cada cosa que harás conmigo.

 

—Justo ahora estoy planeando hacerte tocar el Cielo —y de buenas a primeras, el mayor desprendió los pantalones y la ropa interior del cuerpo de Kyungsoo, dejándole nada más que la camisa—. Eres tan… precioso…

 

Casi por instinto, Xiumin bajó su boca al cuello de D.O y sus manos lo levantaron por los hombros, provocando a su vez que el menor se aferrara a su espalda; los delgados y considerados dedos de Minseok tantearon dentro de la camisa de Kyungsoo, acariciando los hombros y quitando lentamente la prenda que le parecía tan inservible en ese momento. Por su parte, el menor se sostuvo de la nuca del barista rodeándolo con todo un brazo mientras que al otro le había encomendado la tarea de desabrochar la ropa contraria, lo cual fue cumplido rápida y satisfactoriamente. Al quedar D.O completamente desnudo, Xiumin se dio cuenta que él seguía con la ropa puesta pero sin abotonarse, dándole crédito a su compañero por su silencioso y efectivo trabajo; sin embargo, no podía perder más tiempo, por lo que simplemente se paró al pie de cama y deslizó sus ropas sin mucha precaución del lugar donde las dejaba. Kyungsoo, en cambio, disfrutó del pequeño espectáculo morboso que el mayor le ofrecía; también, con el afán de prolongar un poco su visión de la blanquecina piel de Minseok, se empujó a sí mismo hasta llegar al cabezal de la cama y sentarse allí, recargando su espalda contra la fría madera. El peli naranja tan solo tuvo que dirigirle una mirada lasciva a su protegido para darle a entender que pronto sería su presa sexual y, sin dudar un segundo, se puso de rodillas en el colchón y gateó lentamente hasta el contrario; ambos quedaron a escasos milímetros de distancia entre sus rostros, los cuales Kyungsoo tuvo la iniciativa de acortar al tomar a Xiumin del rostro y comenzar un beso que se inclinaba más a las necesidades que invadían sus sentidos. Todo giraba en torno al sexo. La mano del mayor pasó de sostener las sábanas de su cama a rozar el muslo del pelinegro a acariciar el rígido miembro que tenía en frente de él; conforme pasaban los segundos y aumentaban los gemidos, Xiumin aceleró su velocidad manual para que D.O llegara al primer orgasmo de la noche, incluso tomó otras atenciones como torturar los pezones del menor con la mano que tenía libre. Kyungsoo se sintió tan cerca de estallar que soltó unos gemidos bastante roncos, rompiendo momentáneamente el beso que mantenía con su estimulante compañero. El final fue inevitable. Las vehementes y tiernas cortesías que tuvo Minseok con el cuerpo del menor dieron como resultado la mejor corrida que D.O pudo haber registrado en su memoria, pues alcanzó a manchar ambos vientres de su propia esencia.

 

—¿Y ahora…? —preguntó el menor, tratando con lo que le quedaba de fuerzas recuperar la respiración.

 

—No quieres ni tiempo para descansar, ¿cierto? —la sonrisa que Xiumin le dedicó estaba cargada de deseo, entonces posó la palma de su mano en el pecho contrario, haciendo que el menor se recostara en las sábanas por completo—. Te haré gozar como nunca, Kyungsoo.

 

Justo cuando acabó de hablar, bajó su mano izquierda hasta la entrada del pelinegro y la sobó antes de introducir un dedo a la misma, provocando que sus músculos se tensaran alrededor de su dígito. Lentamente fue haciendo complacientes movimientos circulares dentro del menor, causando así su dilatación; pronto pudo repetir el proceso de masaje interno con otros dos dedos. En la garganta de Kyungsoo se estaba acumulando gritos y maldiciones, todo gracias al placer que le brindaba Minseok, pero cuando éste se detuvo sin sacar aún sus dedos para torturarlo y acostumbrarlo, no pudo contenerse más.

 

—Ah… Minseok… te lo ruego —proliferó el más joven—. Sigue, por favor… sigue…

 

—Es para que no duela, ten paciencia.

 

—No importa si duele o no.

 

—¿Eres virgen? —inquirió el mayor en un tono de voz tranquilo recibiendo una negativa con la cabeza.

 

—Supongo que sólo estoy nervioso porque nunca me han preparado con tanto… cuidado —los brazos de Kyungsoo ciñeron el cuello de su acompañante, dándose cuenta que en vez de decir “cuidado” casi se le escapa la palabra “amor”—. De verdad estoy disfrutando mucho esto, haciendo el amor contigo.

 

—¿De verdad? —empujó suavemente con sus dedos la entrada del menor en tanto revolvía con su otra mano los cabellos negros del otro, respondiendo a su pregunta con un gemido recargado de delicia erótica—. Y eso que ni siquiera he empezado a satisfacerte como se debe.

 

—¿Aún hay más? —Kyungsoo se mordió el labio inferior seductoramente.

 

—Aunque no lo creas, sí —Minseok volvió a mover sus dedos; esta vez, los enterró tan profundo como pudo y los quitó del interior del menor—. Hay mucho más.

 

Aquel ronroneo marcó la diferencia de la preparación a la verdadera acción. Los labios de ambos se reencontraron con una creciente dependencia mutua; al mismo tiempo D.O pudo sentir cómo la punta del pene de Xiumin empezaba a entrar en él, conllevando a que el pelinegro mordiera la boca que lo invadía. Las sensaciones eran abrumadoras. Le sería difícil salir del vicio en que se estaba metiendo, ese vicio que llevaba por nombre Kim Minseok, ese vicio que se disfrazaba de un gentil barista pero podía convertirse en el mejor postor para una apasionante noche, una apasionante noche de la que Kyungsoo mismo estaba siendo testigo. La lengua de Minseok parecía estar en sincronía con su miembro, ya que cuando éste llegó a meterse de lleno en su amante, la primera hizo lo mismo. D.O no sentía que le faltara el aire o que se asfixiara por la intrusión de la boca del mayor, sino todo lo contrario: lo estaba complementando en todos los sentidos. Pasaron un par de minutos dedicándose a besarse en tanto la penetración de Xiumin se acoplaba a la entrada del más joven.

 

—Muévete —ordenó Kyungsoo.

 

—¿Te gusta llevar las riendas en el sexo? —preguntó el peli naranja, riéndose levemente y sin acatar lo dicho por el otro.

 

—Estaba acostumbrándome a eso.

 

—Pues, ¡oh sorpresa! Nosotros no estamos teniendo simples relaciones sexuales —se mofó Xiumin, dando la primera embestida real al pelinegro, provocando que gimiera por el goce; después, se acercó al oído del menor y le susurró—: nosotros estamos haciendo el amor.

 

—Minseok…

 

No pudo decir más. Lo único que aparentemente tenía permiso de salir de su boca eran puros quejidos y gruñidos cargados de erotismo, deseo y pasión. Al principio las embestidas que daba Minseok fueron lentas y fáciles de seguir, pero conforme avanzaba en el territorio erógeno y hallaba nuevos puntos en Kyungsoo, los cuerpos ganaban fuerzas sacadas de la nada; las piernas del pelinegro habían formado un candado de nueva cuenta alrededor de la cintura del mayor, empujándolo y enterrándolo dentro de sí mismo. Los gemidos pronto dieron lugar a los jadeos, demostrando así la intensidad que adquirían las intrusiones de Xiumin y el fervor que ahora demostraba D.O por encontrar su ansiado punto G. El barista entraba y salía del cuerpo contrario, chocando sus testículos y haciendo resonar sus pieles en chasquidos que se mezclaban con los obscenos sonidos que ellos ya emitían en sus bocas; los dientes de Minseok tuvieron el impulso de ir bajando por el cuello de Kyungsoo, dejando ligeras marcas a medida que descendía por el mismo, hasta que se encontró con el hombro del menor y se detuvo un buen tiempo ahí, succionando y mordiendo piel para dejar un buen moretón. Kyungsoo no podía creer que tal gloria existiera; su mente estaba tan nublada y sumida en los estremecimientos que Xiumin le dejaba que había olvidado ya su promesa con Jongin. Igual, él debía estar disfrutando de su tiempo con Chanyeol, ¿cierto? ¿Por qué no habría él de disfrutar lo que Minseok le estaba proporcionando en ese instante? Finalmente y en la mitad de sus divagaciones mentales hacia Kai, Kyungsoo pudo sentir que Xiumin encontraba de una sola estocada su próstata, avivando así el placer dentro del pelinegro; entonces se le escapó un ligero pero significativo suspiro que le indicó a Xiumin que había dado en el lugar correcto. No necesito más indicaciones, ni siquiera un balbuceo del menor: simplemente repitió el proceso de embestir en ese lugar tan dulce y complaciente. Los músculos que rodeaban el miembro de Minseok se contraían conforme los espasmos de un orgasmo próximo se hacían presentes en Kyungsoo. La combinación de todos los elementos que los acogían en la habitación y entre ellos mismos hizo que llegaran al mejor éxtasis que hayan podido imaginar jamás; primero se corrió Kyungsoo, repartiendo su esencia entre ambos, lo que provocó a su vez que Xiumin se estremeciera y terminara por dejar su propia semilla dentro del cuerpo del pelinegro. Con las respiraciones agitadas y sus contracciones internas por la reciente liberación que sufrieron, juntaron sus labios delicada y temblorosamente, como si en realidad sintieran un frío terrible; las manos de Minseok acariciaron el rostro de D.O en tanto se separaba de él con lentitud.

 

—De verdad eres precioso, Kyungsoo —murmuró.

 

—Quizás es la forma en que me hiciste sentir y cómo me trataste apenas, pero sí puedo sentirme así —las yemas de los dedos del pelinegro también recorrieron la nívea piel del mayor—. Gracias.

 

—¿Hago bien el amor?

 

—Como nadie lo hará jamás —y dicho esto, el menor besó los labios contrarios.

 

Una pequeña y encantadora risa se escapó entre los labios de Minseok cuando acabó el diminuto beso; luego, salió de la tan abusada entrada de Kyungsoo, quien sintió cada centímetro del miembro contrario deslizarse en él hasta quedar liberado, soltando por accidente un suspiro que se debatía entre el placer y el alivio. El peli naranja se recostó al lado de su amante y lo rodeó con sus brazos, atrayéndolo así a su pecho. El menor no se rehusó al contacto y también abrazó por la cintura al otro, recostándose ambos sobre uno de sus costados, mirándose directamente a los ojos; sin que se dieran cuenta, sus piernas se entrelazaban. Era un acto reflejo. Sus subconscientes no estaban listos para dejar ir esa conexión que los hizo ser uno hace unos minutos; incluso, los dedos del barista comenzaron a moverse tranquilamente sobre la piel del menor, esparciendo caricias espontáneas y tranquilas.

 

No tuvo que pasar mucho tiempo hasta que las miradas de los amantes se encontraron y se quedaron quietas, siendo el pelinegro el más afectado por un ataque de honestidad que le inspiraba ver así al mayor. Tímidamente, Kyungsoo agarró la mano de Xiumin para entrelazarlas fuertemente, luego se detuvo a admirar esos largos dedos que apenas lo habían tocado sin inhibirse y los rozó con sus labios en un ligero y sensual beso. El corazón de Minseok dio un vuelco completo ante ese pequeño gesto, porque se dio cuenta que dentro de Kyungsoo se desarrollaba un sentimiento bastante fuerte mientras lo hacía; los desnudos cuerpos se removieron con ligereza para eventualmente juntarse más de la cuenta. El rubor que cubrió las mejillas de Kyungsoo se le hizo de lo más adorable a Xiumin, quien no pudo hacer nada más que sonreír tiernamente y besarlo en la frente con sumo cuidado.

 

Justo en ese momento, ambos amantes pensaban que no había mejor sentimiento, habían olvidado al mundo por estar juntos como una sola presencia. El complementarse el uno al otro era una emoción tan fuerte que no tenía ni precedentes ni palabras para ser descrita. Sin darse cuenta, el olor a café se coló a la habitación del dueño del local y empezó a abrumar a las personas que con tanto fervor se ceñían desnudos sobre las desordenadas sábanas de la cama.

 

Minseok vio a Kyungsoo caer dormido entre sus brazos, así que sonrió convalecientemente y le dio un último beso en la frente antes de rendirse al cansancio en el que se sumía su entumecido y satisfecho cuerpo.

 

Notas finales:

Bueno chicas dejen su comentario ¿Les gusto?

Si alguna no ha leído la historio les invito a hacerlo: Assassin´s Love

Por otro lado también las invito a leer a mi mentora Kang Ji Hye. No se van a arrepentir. Lean Ordinary Day (HunHan) 

Gracias XOXO


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