A pesar de verse como alguien desordenado, despreocupado y hasta torpe, a NamJoon le gustaba mantener el orden, al menos en su cabeza, de las cosas que sucedían en su día, planear algo meticulosamente hasta que resultara o bien, crear bellas canciones en base a sus pensamientos.
Si bien siempre rompía cosas o se la pasaba jugando con sus menores, era un líder responsable, era quién estaba a cargo de tanto la seguridad como agenda de los demás chicos, siempre con una gran carga en su espalda.
Nunca se quejó porque siempre planeaba todo. Y todo, por alguna razón extraña, siempre le resultaba a su favor.
Excepto una cosa.
Kim SeokJin.
Jin era su apoyo emocional cuando más necesitaba un abrazo, o simplemente unas palmaditas en la espalda. Muchas veces quiso encerrarse en sí mismo y dejar todo tirado, sus sueños, sus metas, sus amigos…pero Jin lo traía de vuelta a la realidad.
Y es que NamJoon agradecía desde el fondo de su corazón tener a SeokJin en su vida, aunque éste fuese un verdadero desastre.
—¡Jin! ¡Hyung, hyung! —TaeHyung y JungKook venían corriendo y empujándose hasta que llegaron al recién nombrado, ambos venían con su mejor carita de cachorros. Algo querían.
—¿Qué es lo que quieren ahora?
—Queremos ocupar la consola, pero RapMon hyung no quiere prestárnosla. —Sip, peleas como estas se veían casi todos los días en el departamento de BTS.
—Jin, no cedas, estos…niños se aprovechan de los horarios que les establecemos y sólo porque los otros tres están tan cansados y no quieren jugar con ellos, planean desvelarse con la consola. —Justo en ese momento venía entrando al salón el líder del grupo, sus ojeras cada vez más notorias pero con su ánimo intacto, al menos eso creía.
—Sólo será esta noche, NamJoon, además, no es como si JiMin y Suga estuviesen descansando exactamente, los escuché hablar algo de un nuevo lubricante de sabor. HoSeok sé que está semi muerto en su habitación, y TaeHyung en lugar de ir darle mimos, está aquí.
El último nombrado abultó sus labios y por un momento sintió una pequeña pizca de culpabilidad. Jin tenía razón, ¿Qué rayos hacía ahí?
—¡No caigas en sus juegos mentales, hyung, sólo quiere persuadirte!
—¿Y si mi Hobi me necesita? Mejor jugamos otro día, Kookie, lo siento. —TaeHyung caminó hasta la habitación que compartía con su novio y cerró la puerta con pestillo segundos después.
—¡Jin hyung! —Se quejó el menor y luego bufó.
—Por cierto, recibiste una llamada de un tal…Mingun, MinGyu…no lo sé, pero le dije que ibas a estar ocupado. —Volvió a hablar Jin en un tono calmado mientras que al menor se le subían los colores al rostro rápidamente.
—Iré a mi habitación…—JungKook literalmente salió corriendo a su habitación.
—Siento que eres el diablo personificado. —Comentó NamJoon mientras abrazaba la pequeña cintura del mayor del grupo y le sonreía.
—Anda, pero al menos funcionó y se irán a la cama. —Jin sonrió una vez más y en cuanto el líder le liberó de aquel pequeño abrazo, ambos se fueron a la habitación y se acostaron en la gran cama matrimonial de ésta misma.
Nadie creería que estos dos no son pareja, y eso que el resto del grupo ya lo daba por sentado. Aunque eso estaba muy lejos de la realidad.
Jin estaba enamorado hasta la médula de su líder y éste aún no sabía que era ese malestar estomacal que le provocaba estar cerca del mayor del grupo.
Cuando los demás se dieron cuenta de que sus mayores no eran nada más que amigos, no cabían en su asombro y es que NamJoon y Jin parecían una pareja de casados.
—¡Es que son tan…! —JiMin golpeó una almohada un par de veces y luego la movió de lado a lado, si, esa era su forma de sacar todo signo de frustración. Los cinco menores se habían reunido en la habitación de YoonGi y JiMin a discutir sobre ese “pequeño” asunto.
—Yo ya los shippeaba desde hace mucho, se me rompió el corazón. —TaeHyung soltó un fuerte suspiro y se quedó quieto en su lugar, cosa bastante extraña, aunque claro, HoSeok no lo dejaría de abrazar sólo porque su novio no le tomase en cuenta.
—Yo realmente los veía como mamá y papá. —JungKook también suspiró.
La situación era deprimente.
—Están jodidos. Dejemos que se confiesen en una situación bajo presión…—Suga dejó de lado la almohada que JiMin había maltratado todo ese rato y luego hizo que se sentase en su regazo, sólo para que se relajase. — Podríamos intentar con celos, un juego de verdad o reto, encerrarlos en un armario…
—Hyung da miedo. —Todos asintieron ante las palabras de JungKook. — Voto por lo de verdad o reto, vayamos a jugar con ellos y hagamos que se besen o algo.
Todos estaban saliendo en silencio de la habitación y como estaban tan entusiasmados con la idea de juntar a los mayores, quedaron en total shock cuando vieron como Jin abrazaba suavemente por los hombros al líder y depositaba un corto beso en los labios de este.
Oh por dios.
J-Hope, quién fue el primero en reaccionar, les hizo una seña a todos para que guardaran silencio y se quedaron observando lo que sucedería a continuación.
—Realmente eres lento, NamJoon.
—¡Tú siempre haces lo mismo! Hechas a perder todos los planes que tengo, me siento débil cuando estas cerca, ¡No tienes idea de lo difícil que es para mí estar a tu lado! —“NamJoon idiota”, pensaron los otros chicos con el rostro horrorizado.
Lo que ninguno se esperó fue la preciosa risa de Jin inundar la estancia antes de volver a robar un beso de los labios del líder, el cual segundos después también rió y le dio muchos besos mariposa al mayor.
—Por eso mismo es que eres tan lindo, entiéndelo de una vez, me gustas mucho. —Jin le sonrió una vez más y esperó pacientemente a que el sonrojo en el rostro de NamJoon se le pasara, escondiendo el rostro de este en la curvatura de su cuello. Su felicidad era casi visible, era correspondido aunque en realidad no se lo había dicho directamente.
—Yo siempre pensé que serías una buena esposa, Jin. —Esta vez fue el turno de SeokJin para sonrojarse, aunque tampoco quería demostrarlo así que sólo siguió acariciando los cortos cabellos del menor. — Y ustedes, bola de metiches, más les vale que salgan de ahí antes de que los golpee a todos.
—¡Son tan lindos! —Gritó la maknae line mientras se acercaban a la nueva pareja del grupo para sumarse al abrazo, que de pronto se convirtió en un abrazo grupal. Y si, J-Hope y Suga también los abrazaron.
—¡Ahora sólo falta que JungKookie se le confiese al chico de seventeen! —Todas las miradas cayeron en el mejor, el cual de inmediato se puso nervioso.
—Espero que se chico sepa a qué se va a enfrentar. —Comentó Suga con un deje de diversión.
—Mamá y papá tienen que cuidar de su hijo menor, ¿No es así, Joonie? —Acotó Jin mientras miraba a su líder, el cuál sonreía ladinamente mientras asentía.
—¡No sean así, hyungs bobos!