-       Lo digo en serio Baek. – tomo su mano y le dio un leve apretón a la vez que decía – me esforzare y estudiare duro para ser el mejor medico de Corea. Te enseñare cada uno de los colores. Te llevare a ver el sol abrirse paso a través de las montañas. El anochecer y las estrellas brillar solo para ti.

-       ¿Lo prometes? – Dijo estirando el dedo meñique por encima de la mano de su amigo.

-       Lo prometo – Junto su dedo meñique con el de Baekhyun sellando una promesa que tal vez no sería llevada a cabo.

Baekyeol

La primera vez que Sasuke tuvo que cuidar de Naruto, lo único que pudo pensar de él es que era una persona molesta y creyó que jamás podría verle de otra forma. Pero estaba muy equivocado.

.:Edad de oro SasuNaru:.

[NO es shota]

Ellos estaban sentados frente a una mesa de la cafetería del instituto.

—Te amo —abrazo con fuerza a su amigo. Agradeciendo que fuera a pasarle la tarea.

—Oh, más te vale —poso las manos sobre los brazos de quien lo apresaba contra su cuerpo, pues comenzaba a asfixiarlo.  En ese momento noto lo firmes que estaban los bíceps de este—. Que brazos los que te cargas —comento.

—Las ventajas de estar en el club de Baloncesto —respondió separándose y mostrándole los músculos.

—Y que lo digas.

En ese momento la campana que indicaba el fin del receso sonó. Los chicos se levantaron de sus lugares y fueron a dejar la bandeja a su respectivo lugar, así como depositar la basura en su sitio. Por lo el más bajo de los dos se adelanto un poco permitiendo que el otro observara por la espalda. Sonrió de medio lado y se apresuro a llegar junto a su amigo. Cuando estuvo a la par, le dio tremenda nalgada haciendo que el chico diera un brinco por lo repentino de la acción.

—¿Yo buenos brazos? ¿Es que no te has visto el trasero?

El más bajo se sobo donde su amigo le había golpeado, pues si que le dio fuerte.

—¿Ventajas de estar en el club de Futbol? —dijo.

—Lo más seguro.

Una chica de cabellos castaños y ojos color café había observado la escena que protagonizaron los chicos, mientras iban por los pasillos. Camino hasta llegar junto a ellos.

—¿Seguros que no son novios? —cuestiono ella viéndolos a los ojos.

Ellos se observaron a los ojos, y segundos después se carcajearon.

—Claro que no —respondió uno—. Solo somos amigos.

—Los mejores amigos —secundo el otro.